Mis abuelos Marita y Eugenio con mis bisabuelos María y Manuel y la familia Martínez Quesada

Eugenealogía

La palabra eugenealogía es un anagrama de mi nombre y mi afición favorita. Además por la raíz eu- (del griego bien) podría ser algo como la buena genealogía. Yo creo que existe una eugenealogía que trata de conocer a los que nos precedieron, saber de donde venimos, y no se queda en la acción de recoger datos como nombres, apellidos y fechas.

La genealogía puede ser descrita de muchas formas. Para mi es la forma de desarrollar mi apetito de buscador.

Hoy empiezo a escribir en este blog con la ilusión de que se convierta en un lugar de encuentro para otros buscadores como yo, interesados en nombres y apellidos, fechas y libros viejos.

Granada Noviembre 2011

8 de diciembre de 2018

Genética y Genealogía

Archivo histórico provincial de Albacete

Siempre se ha relacionado a la genealogía con la historia, y por lo tanto con el estudio, los documentos viejos y los lugares silenciosos como iglesias, bibliotecas y archivos de todo tipo. Para mí es un placer dejarme inundar por el olor de los libros antiguos que he tenido que consultar. Me encanta ese olor del pergamino, de la piel de cordero de las tapas y de la tinta de papeles seculares. Pero vivimos en un mundo de cambios. La genealogía se aprovecha de las últimas novedades y tecnologías para avanzar. Hoy no seríamos capaces de emprender la búsqueda de nuestra historia familiar sin la ayuda de la informática. Y también sería impensable hacerlo sin la ayuda de las redes sociales y el acceso a internet.
Constantemente se producen avances en la ciencia ante los que tampoco los genealogistas nos sentimos ajenos. En los últimos años se ha desarrollado enormemente el mundo de la genética. El proyecto Genoma Humano abrió esta disciplina a una serie de aplicaciones nuevas. Como lo son la Arqueología, antropología y también a la genealogía.
En pocos años han surgido una serie de empresas privadas que se dedican a hacer estudios genéticos enfocados a la Genealogía. Ejemplos de estas empresas son; 23andme, MyHeritage, Family Tree DNA, National Geographic y otras muchas.
En los foros de genealogistas que hay en redes sociales como Facebook abundan los grupos con sus apartados de genealogía genética. En estos foros, los más aventajados en conocimientos intentan adiestrar a los que nos iniciamos en estas nuevas prácticas.
He estado leyendo sobre genética aplicada a los antepasados desde hace varios años, pero ha sido en 2018 cuando me he decidido a encargar mi primer test de ADN. Bueno, con la necesaria ayuda de un colega de foros, Joseph Falguera, a quien le debo el regalo de mi primer test de DNA Y-12.

Este test estudia la secuencia genética del cromosoma Y, con hasta 12 marcadores STR. La información que se consigue con esta prueba no es muy profunda. Nos dice si hay coincidencias (matches) con otras personas que tengan los mismos 12 marcadores STR. Cuando digo que no es muy profunda, quiero decir que si otra persona coincide conmigo en estos marcadores, podría significar que tenemos algún ancestro común, pero muy muy lejano.
Con muy pocos conocimientos sobre este tema, pero con la convicción de que en un futuro muy próximo esto va a ser importante, en este mismo año he invertido en otros test o pruebas de ADN diferentes. El test YDNA para 37 marcadores me acerca más a conocer otras personas que tengan algún ancestro común algo más cercano, de hasta cinco generaciones atrás.



Fuente: Peter Sjölund, Swedish Society for Genetic Genealogy.
También he encargado un test de ADN autosómico que se centra en los 22 cromosomas que no son de carácter sexual. Este ADN sufre muchas variaciones (recombinación) de padres a hijos.









En tercer lugar, he hecho un test de ADN mitocondrial. El ADN que se encuentra, no en el núcleo de la célula, sino dentro de estos corpúsculos celulares llamados mitocóndrias y que se trasmite casi sin variación, a través muchísimo tiempo de mujer a mujer. Se trata de la información genética de la línea de la madre de la madre de mi madre, y así hasta las primeras mujeres. Estos ADN, también han sufrido mutaciones, aunque muy pocas, que han dado lugar a diferentes grupos de seres humanos (Haplogrupos)
Fuente: Peter Sjölund, Swedish Society for Genetic Genealogy.


Siguiendo la ubicación geográfica de las personas que se hacen este test, los expertos han podido dibujar mapas que indican las vías por las que se distribuyeron los seres humanos al salir de la cuna de la Humanidad, África hace entre 60.000 y 100.000 años.
Mapa de migraciones humana del ADN mitocondrial hace miles de años.
Mi haplogrupo de ADN mitocondrial, o sea, de mi línea materna es U3a1


En el cromosoma Y, procedente de la descendencia del varón, también se han determinado haplogrupos, que indican su procedencia desde un primer tipo humano de ADN masculino, al que se llama Adán.

Mi haplogrupo Y-DNA es R-M269. Un subgrupo del R1b, muy frecuente en Iberia.


En el ADN autosómico se estudia, además la pertenencia de los seres humanos a diferentes grupos étnicos según el % de ADN que tengan de cada grupo. Estos grupos étnicos o clusters se nombran según los distintos continentes, y dentro de estos sus diferentes zonas geográficas. Por ejemplo, entre los europeos podemos encontrar grupos étnicos de las Islas Británicas, Europa del Este, Finlandia, Escandinavia, Europa del Sudeste, Iberia y Centroeuropa y del oeste.

Además de grupos continentales hay algunos más específicos como el de Sefarditas, o el grupo Asquenazí que es otra rama del grupo de Diáspora judía.

Todo este galimatías es, a mi entender, muy interesante. Pero todavía hay muy poco banco de datos de personas como para hacerse una idea de la distribución genómica de la Humanidad. Sin embargo, con el tiempo, creo que esto va a cambiar. Cada vez más y más personas van a identificar de alguna manera su información genética. Si sólo fuera por su aplicación a la genealogía no pensaría que esto se va a difundir demasiado, pero estoy pensando en las otras muchas posibilidades que la información genética de la población puede aportar.
Sobre todo en el campo de la salud. Para prevenir posibles enfermedades de origen genético. También para seguridad, o para identificación personal. Qué mejor contraseña que tu propia identidad genética. Y muchas otras posibilidades que ahora son desconocidas.

Con esta entrada no quiero hacer publicidad por ninguna empresa de Tests de ADN. Al contrario, espero que llegará un momento en que estas pruebas sean de carácter gratuito y accesible a todo el mundo, por la importancia que pueden tener en un futuro muy próximo. Por otro lado, he querido dar unas pinceladas de lo poco que conozco del tema, para decir que estos estudios han despertado mi interés y pienso seguir aprendiendo.

14 de agosto de 2018

La cédula personal

En España, en el siglo XIX y principios del siglo XX, la cédula personal era parte de la documentación de una persona. Sin embargo, todavía existe mucha confusión sobre este concepto.
Salvador Quesada Candela en 1908
He leído que es un germen de lo que posteriormente en 1944 vino a ser el Documento Nacional de Identidad. El conocido DNI español.

La cédula personal era un número de identificación de los ciudadanos que realizaban alguna comunicación a la Administración. Este número no era siempre el mismo, para una misma persona. Por el contrario, se expedía para la ocasión de la reclamación, instancia o solicitud que se hacía en el Ayuntamiento.
En este documento Salvador Quesada Candela presenta cédula número 640 expedida el 14 de agosto de 1896, el mismo año de la instancia
Recientemente, durante mi investigación sobre la vida de mi tatarabuelo Salvador Quesada Candela (Crevillente 1842- Elche 1933) he localizado muchos documentos en el Arxiu historic municipal d’Elx, referentes a trámites que realizó ante la Administración municipal de Elche.

En el margen se puede leer que Salvador Quesada presenta cédula número 528
La mayoría son solicitudes de permisos de obras particulares, y también hay trámites relativos a la instalación de la red aérea necesaria para el servicio de luz eléctrica en esta ciudad.
Otro documento donde D. Salvador presenta cédula número 644



En todos estos documentos, me llamó la atención que, en la documentación del que presenta la instancia, se menciona el texto segun cédula personal que exhibe con el número X, expedida el día tal, en este Ayuntamiento
Lo curioso es que ese número de cédula personal es diferente para los distintos documentos. Y además se expidieron en una fecha anterior muy cercana al acto administrativo en cuestión.

Padrón de vecinos de Elche ,parroquia de El Salvador 1860 

Según cédula personal número 3.644
También aparece este número de cédula personal en los padrones o censos de población.

 En este tipo de registros, hay una columna dedicada a la cédula personal del cabeza de familia, y el resto de los que viven en la misma casa están incluidos en ese número.










Según cédula de novena clase número mil ciento cincuenta y uno


Todo esto me dice que estas cédulas personales eran un número de registro que se exhibía para identificarse al acudir ante la Administración antes que un instrumento de identidad personal definitivo.

11 de febrero de 2018

Para qué sirve la genealogía



Cuántas historias se pueden sacar de un relato de nuestra vida.
Lo que se ha expuesto en el libro, Bisabuelos de mis bisabuelos, es eso. Mi propia visión, sesgada y a menudo equivocada de una historia familiar que se compone de infinidad de historias.

Sirva este trabajo para dar que hablar. En el buen sentido de la expresión, que es el sentido literal. Las fotos, las anécdotas, todo tiene siempre un punto de vista muy particular, y por lo tanto, en las historias que se cuentan aquí, caben múltiples versiones. Tantas como protagonistas tiene.
Es el momento de contrastar, confirmar y conocer los mismos hechos, por medio del relato de otros, que también fueron protagonistas de estos.
Mi tía Isabel Coll Belmonte
No podemos quedarnos con lo que aquí se dice. La lección más constructiva que yo saco de la genealogía es; “Habla con tus mayores, para poder contarle, después a los que vienen detrás”.
Lamentablemente, o por suerte, según se mire, ahora muchos de nosotros somos ya esos “mayores”. Ya quedan pocos de nuestros abuelos, padres o tíos para contarnos nuestra historia. Pero hay que aprovechar a los que quedan y recordar a los que ya no están.
Siempre puede ser un buen momento, una gran ocasión para hablar. En la cocina, preparando la comida, o en una larga sobremesa. Animar a mi madre María, o a mi tía Marianita a que cuenten tal o cuál aspecto de su padre, desde su punto de vista. Una larga conversación telefónica con alguien que vive en Tarrasa, en Valencia, en Barcelona o en Caravaca de la Cruz, nos puede aclarar muchos puntos oscuros.

A veces, la visión de la fotografía de un grupo hace aflorar sentimientos que estimulan a verbalizar recuerdos. Tesoros en prosa, para nuestra propia memoria.
¿Para qué sirve la genealogía? Como digo en el encabezado de mi blog, para mi es la manera de desarrollar mi apetito de buscador.
Mi madre María con sus primas Rafa y Marieli Mancebo del Rey en Almansa
“Un buscador es alguien que busca; no necesariamente alguien que encuentra. Tampoco es alguien que, necesariamente, sabe qué es lo que está buscando. Es simplemente alguien para quien su vida es una búsqueda.” (Jorge Bucay).
Pero también sirve para conocer mi pasado y el de quien me precedió. Para entender mi propia historia hablando con los que la vivieron conmigo. Y así, sabiendo de dónde vengo, llegar a entender quién soy.
Gracias a esta afición, he hablado mucho con mi padre. Me ha contado los avatares de su vida laboral. Que siempre estuvo ligada a su vida familiar. Hablé mucho, también con mi tía Isabel, la mayor de las hermanas de mi padre. Su visión de este, como su hermanito pequeño ha sido de un valor incalculable. He hablado mucho, sobre todo, con mi madre. Y gracias a ella he llegado a comprender cómo fue su vida desde su juventud y su matrimonio.
Ojalá hubiera hablado más con mi tío Eugenio, el mayor de los hermanos de mi madre. El me habría aclarado muchas cosas de la vida de sus padres, mis abuelos Eugenio y Marita, a los que no conocí. Y también de sus abuelos, mis bisabuelos Eugenio, Mariana, Manuel y María. Ellos son para mí, personajes de mi Historia. Lo poco que conozco de sus vidas me gusta mucho y me intriga a la vez.
La prima de mi madre Carmen Martínez Brotóns me ha contado cómo fue la vida de su padre, el tío Manolo de mi madre, que estuvo embarcado varios años, después se fue a Madrid y más tarde se instaló en Barcelona. Y los motivos para este traslado. Por María Asunción Antón Martínez, también prima de mi madre conocí la versión de esa misma historia desde el punto de vista de una de las hijas de Andrés Antón y Consuelo Martínez.
Mi madre con su primo Pepe Carracedo del Rey y mis hermanas Maripé y Susy

Rafa Mancebo del Rey, la querida prima de mi madre, que vive en Valencia, me recuerda lo mucho que habría congeniado con su padre, Martín Mancebo Segarra, quien fue también aficionado a la genealogía y realizó una investigación de la historia familiar que me ha llegado gracias a su hija Rafa.
Por el lado paterno, hablé con Isabel Salinas Belmonte, la viuda del primo de mi padre Antonio Coll Ruiz. Ella me describió algunos retazos de cómo era la vida en La Basca. Y su relación con sus primos que se fueron a Elche. Sus comentarios sobre mi bisabuelo Ginés, como abuelo de su marido me sirvieron para conocer algo más el carácter de este hombre de campo.

También he tenido ocasión de hablar con Isabel Abellán Coll, prima de mi padre, hija de la tía Loles. Esta hermana de mi abuelo es otra de las personas con la que debería haber hablado mientras pude. No hice el esfuerzo que esto requería, de lo cual me arrepiento.  Murió en mayo de 1999, cuando ya había empezado a investigar, y me enteré de que llevaban muchos años sin hablarse ella y mi abuelo Pepe. Y me enteré del motivo, pero me faltó su versión.
Las hermanas de mi abuelo Pepe, Antonia y Loles Coll Abellán
José Coll González primo de mi padre
Otra protagonista de esta parte de mi historia familiar es Isabel Coll González, que vive en Toulon, Francia. Prima hermana de mi padre, hija del tío Ginés y de la tía Soledad. Mi tía Isabel (hermana de mi padre) me contó muchas cosas sobre su prima que vive en Francia, y aunque he hablado con ella por teléfono, hasta el momento no la he visto en persona. De su hermano Pepe Coll González no supe nada hasta que conocí a uno de sus hijos, Ricardo Coll Granero en 2014 Por él supe que su padre, había fallecido recientemente, y me contó cómo había sido su vida, sus dos matrimonios y su enfermedad. Josefa Valverde Belmonte, prima de mi padre, me ayudó mucho a comprender la otra parte de mi historia de Murcia, la de mi abuelita Josefa y su querida hermana la tía Concha. Utilicé algunas de sus anécdotas, sus fotografías y sus comentarios sobre su abuelo, José Antonio Belmonte Monserrate, “El persona”.     
Mi tía Fina, me contó su propia versión de acontecimientos trágicos, como la muerte de mi primo Pepito, cuando ella aún estaba en el convento de las RR Clarisas, como monja de clausura. Y yo mismo he podido vivir los cambios en su vida desde que dejó los hábitos, estudió, aprendió a conducir, trabajó con su hermano Ginés, se casó con Paco Rodríguez y vivieron una buena vida en Caravaca, con su nueva familia.
Agradezco las conversaciones con todas estas personas, aunque lamento en la misma medida las ocasiones perdidas para hablar con otras muchas.
Después de veinte años recogiendo datos, apuntando fechas nombres y lugares, he puesto toda esta información en forma de libro. 
   
Y eso es “Bisabuelos de mis bisabuelos”. Mi forma de haceros llegar mis esfuerzos por comprender de dónde venimos, o quienes somos.

Deseo que os sirva para recordar, confirmar o desmentir, y contar la misma historia desde vuestra propia versión.

10 de enero de 2018

Bisabuelos de mis bisabuelos


Publicado en enero de 2018, se trata de la genealogía de la familia Coll del Rey de Elche.
En el año 2000 edité los resultados del árbol genealógico de la familia Coll del Rey, con dos versiones separadas, árbol genealógico de la familia del Rey Martínez y árbol genealógico de la familia Coll Belmonte. Estos tres libros contenían los resultados que había obtenido hasta aquel momento, del estudio genealógico que inicié en 1998. Después de aquellos libros realicé un estudio sobre mi apellido paterno, cuya investigación duró siete años, y que culminé con la publicación de El origen del apellido Coll en Beniel (Eugenio Coll, 2014).
Ahora presento este nuevo trabajo, para compartir con mis familiares el conocimiento acumulado todos estos años sobre nuestra historia familiar.


Las cerca de 250 fotografías son uno de los valores más importantes de esta obra. Las imágenes son, en su mayoría, fruto de la generosidad de cuantos familiares me han prestado sus álbumes para que las pudiera escanear. Se dice que una imagen vale más que mil palabras, pero, además, son un buen método para estimular los relatos acerca de la historia de la familia. Las fotos cuentan nuestras vivencias. Gracias a ellas se pueden recordar cómo eran y cómo vivían sus protagonistas. Un recuerdo precioso para los que vivimos algunas de esas historias y un tesoro para las generaciones venideras.
  

En la introducción ofrezco una serie de explicaciones sobre la forma en que está redactada la obra, así como nociones sobre genealogía y pistas para poder realizar un árbol genealógico. Espero que mis palabras hagan nacer en algún otro miembro de esta saga, el deseo de continuar y hacer más grande esta investigación. El trabajo no está terminado. Queda mucho por investigar sobre nuestro pasado. También se puede continuar recogiendo los datos de nuestras propias familias en el presente y en el futuro. Un buen ejemplo de este interés por registrar los acontecimiento importantes de nuestra vida, lo encontramos en mi abuelo materno, Eugenio del Rey Sáez, que llevaba una agenda con las fechas de nacimientos, bodas y defunciones de su familia y en este libro se presenta. También han sido un ejemplo para mí las notas que escribía mi bisabuelo paterno materno (por parte de la madre de mi padre) José Antonio Belmonte Monserrate. Al final del libro expongo esta libreta, con sus páginas llenas de fechas importantes. Después de su muerte, en 1947, fue su hija Concha la que continuó la labor de anotar en ella, y cuando esta murió en 1983, su hija Josefa Valverde Belmonte, prima de mi padre, continuó escribiendo fechas y datos. Hace unos años, Josefa me la ofreció para que la escaneara y así conservar para siempre su recuerdo.

En los primeros capítulos presento las biografías de mis padres, de mis abuelos y de mis bisabuelos. Y posteriormente se van sucediendo las generaciones. En el capítulo de la séptima generación, el más largo del libro, se presentan los árboles genealógicos de mis 64 quintos abuelos, o, lo que es lo mismo, de los bisabuelos de mis bisabuelos. Estos hombres y mujeres totalmente desconocidos para toda mi familia se dedicaban a cuidar de su casa, de sus maridos y sus hijos, eran temporeros, labradores, tenderos, comerciantes de alfombras, o de telas, carreteros o jornaleros. También hubo algún médico, corredor de hortalizas y cítricos, alcalde, industrial. En estas páginas nos sorprenderá saber que muchos de ellos murieron de calenturas o de fiebres, de cólera o de tumores. Por los datos aquí registrados seremos conscientes de la importante mortalidad infantil de los siglos anteriores al siglo XX y de cómo ha mejorado la calidad de vida. Y quizás, aprenderemos a valorar mejor nuestra propia existencia.


Nota del autor.
Esta publicación ha tenido una pequeña tirada, ya que va dirigido a un público muy concreto, todos ellos relacionados con los Coll, los del Rey, los Martínez o los Belmonte. Si desean un ejemplar, se pueden poner en contacto conmigo en la dirección de correo ecr19632010@gmail.com con vistas a hacer una nueva impresión de ejemplares.

Eugenio Coll del Rey